Si algo sabemos de la enfermedad por Covid-19 es que tiene efectos más graves en personas con padecimientos como diabetes, obesidad y debilidad del sistema inmunológico, tres condiciones en las cuales el estado nutricional es pieza clave.
Es un hecho que la pandemia del coronavirus, presente desde inicios de 2020, hizo aún más visible el grave problema de sobrepeso y obesidad que enfrentan millones de mexicanos haciéndolos especialmente vulnerables ante la infección.
Hoy se sabe también que la alimentación juega un papel primordial en la prevención y disminución de los efectos producidos por Covid-19. De hecho, llevar una dieta adecuada durante el confinamiento hace posible controlar comorbilidades como la diabetes y la obesidad, reducir el estrés y aminorar algunos de los síntomas gastrointestinales que se han relacionado con Covid-19.
Más allá de la pandemia, lo cierto es que la mejora de los hábitos alimenticios y la implantación de estilos de vida saludables para garantizar el bienestar de las personas y mejorar sus condiciones de salud son objetivos deseables. Su realización se acelera con la acción de profesionales con los conocimientos adecuados para mejorar hábitos alimenticios, prescribir dietas adecuadas y brindar tratamientos nutricionales acertados a sanos y enfermos.